Todavía quedan cosas interesantes por decir sobre educación. ¡Sólo faltaría! y algunas de esas cosas las dijo Alfons Cornella (creador y director de Infonomía) en la presentación oficial de la Eskola 2.0., el pasado miércoles, 10 de marzo.
Es la aportación de alguien que se declara “no experto” en educación, y que “bebe” las ideas que va a desarrollar en dos obras fundamentalmente:
1.Disrupting class, de Clyton M. Christensen: la innovación disruptiva no puede hacerse desde dentro, siempre viene de fuera, en todos los campos y también en educación.
2.The Element, de Sir Ken Robinson. Publicado en castellano como El elemento, por la editorial Grijalbo. (Vídeo en Youtube): sólo se aprende lo que se quiere aprender. En el principio de todo aprendizaje está la motivación... O sea que la tarea principal es ayudar a descubrir lo que a cada uno le gusta, conectar con su tipo de inteligencia principal (alude a la propuesta de inteligencias múltiples de Gardner).
Las dos se unen en la definición de educar: enseñar no es llenar botellas, como propone la concepción estandarizada actual, sino encender fuegos. Aportación fundamental al alumnado: ayudarles a determinar cómo aprenden y buscar las estrategias para aprovecharlo.
La tecnología tiene sentido en la medida en que sirve para ayudar a encender fuegos. Y estos fuegos de innovación arrancarán de ámbitos donde no hay alternativa, o donde no se choca con las costumbres establecidas. Por ejemplo, asignaturas optativas que no disponen de profe presencial y pueden cursarse gracias a una propuesta online. Otro caso es el de las escuelas rurales que pueden pasar de tener un profe a tener muchos gracias a la tecnología.
Los-as profes pasamos así a ser entrenadores, guías, ingenieros de contenidos, ayudantes de iniciadores de fuegos. No hay alternativa, estamos obligados a experimentar, a utilizar la tecnología sin esperar a dominarla previamente...
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