Estamos inmersos en un funcionamiento "democrático" que a veces avisa y otras no, pero siempre da. Llevábamos muchos años diciendo, sugiriendo, temiendo, amenazando, no creyendo, soslayando... y ahora tenemos ordenadores en los centros y "necesidad imperiosa" de justificarlos. No soy yo de los que ven mal el uso de tecnología en la educación, pero no tengo claro cómo lo ven otros, los de arriba y los de al lado. Como enseguida me tocará compartir sesiones formativas, quiero poner mis cartas boca arriba, o explicitar mi pensamiento (como dirían los de Harvard) sobre el tema, de manera que no traicione a nadie mi propuesta después. Una presentación es algo frío sin el calor de la voz, pero me parecería excesivo proponer que alguien aguantara el rollo antes de tiempo.